La vivienda forma parte de un edificio protegido de principios del XX del arquitecto Aníbal Gonzalez que se mantenía de forma original en cuanto a distribución e instalaciones por lo que en la reforma interior se ha demolido totalmente para adecuarlo a las necesidades y gustos de los nuevos propietarios con una distribución actual pero recuperando la solería y carpintería interior muy originales, resultando una vivienda cómoda y funcional, confortable y luminosa, acogedora y de fácil mantenimiento con una zona independiente en la entrada para despacho profesional ya que el matrimonio trabaja desde allí.
La vivienda consta de una gran zona de estar-comedor, cocina, lavadero, tres dormitorios y dos baños además del despacho profesional con sala de espera-juntas y hall de entrada.